¿A QUIEN DEBE ACUDIR POR CONSEJO PARA DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO?
Los médicos no son iguales
Desafortunadamente, no todos los médicos ofrecen igualmente buenos tratamientos. Difieren en su personalidad, entrenamiento y experiencia. Las cualidades más importantes que un paciente debe buscar en su médico son competencia, experiencia, calidez y comprensión. Su médico o internista debe tener estas cualidades cuando tratan con enfermedades comunes en la familia y puede ayudarlo a atravesar esto temprano.
De cualquier forma, él o ella puede que no tenga el conocimiento especializado y la experiencia para ofrecerle el mejor cuidado del cáncer. Quizás el médico de su familia ya ha sugerido el nombre de un cirujano o de otro oncólogo especialista para que lo vea.
Fuentes de información
Ahora es el momento de que usted adquiera más información. ¿Conoce a alguien que sea un especialista en cáncer? Si lo conoce, llame a esa persona lo antes posible y pídale los nombres de buenos especialistas en cáncer cercanos a usted. En Panamá existe una asociación llamada “Asociación Nacional Contra el Cáncer” (ANCEC), en la cual existe un personal que tiene a mano toda la información acerca de su problema. Ellos pueden decirle qué tipo de especialistas están involucrados con más frecuencia en la diagnosis y tratamiento del cáncer y los nombres de los centros a los que se puede dirigir.
Obteniendo otra opinión
¿Qué pasa si usted ya ha visto a su médico y él o ella sospecha que tiene cáncer y lo ha referido a un cirujano? Vea al cirujano sin demora. Recuerde que usted está pidiendo únicamente un consejo, y que tiene derecho a otra opinión antes de aprobar cualquier decisión.
Si el cirujano le recomienda una biopsia, hágasela. Esto determinará la diagnosis. Si la biopsia es positiva al cáncer y su cirujano le recomienda una cirugía mayor, usted no está obligado a seguir esa recomendación. Usted debe obtener una segunda opinión de un especialista del cáncer que no sea un colega de la misma oficina, centro o institución. La segunda opinión será de un oncólogo de radiación o un médico oncólogo.
Con frecuencia es mejor trabajar desde el inicio con un grupo de especialistas en cáncer. Por ejemplo, su oncólogo de radiación debe tener la oportunidad de examinar el cáncer antes de que el cirujano lo remueva. El oncólogo de radiación puede entonces planear mejor su curso de radioterapia.
Algunas veces la radioterapia y/o la quimioterapia dadas antes de la cirugía pueden hacer que la operación sea más fácil de llevar a cabo, especialmente si la radioterapia o quimioterapia eliminan significativamente el tumor. Finalmente, tanto el oncólogo de radiación como el médico oncólogo han tenido un extenso entrenamiento en cómo ciertos tipos de cáncer se esparcen. Con frecuencia son capaces de asistir su cirugía en respuesta a los diversos exámenes para determinar la etapa del cáncer y obtener un plan de tratamiento óptimo.
Evaluación y espera
Tan pronto como su médico esté seguro de que tiene cáncer, usted deberá estar ansioso por iniciar su tratamiento tan rápido como sea posible, quizás por el miedo a que el cáncer se disperse o porque usted quiere terminar con el tratamiento. De cualquier forma, para ajustar el tratamiento para usted y su cáncer es esencial que su médico le mande exámenes adicionales especialmente si el tumor está a profundidad dentro de su cuerpo. Dichos exámenes pueden incluir varios estudios de rayos-x o una tomografía axial computarizada (CAT). Puede demorar de una a dos semanas para que su médico ordene todos los exámenes y estudie los resultados. Por eso, trate de ser paciente; su cáncer no se esparcirá dentro de una o dos semanas y su tratamiento únicamente será tan bueno como el conocimiento que tiene su médico acerca de su cáncer en particular.
Hablando con su médico
Finalmente, trate de mantener una relación abierta con su médico. Aunque algunos pacientes prefieren no saber que tienen cáncer o cuál es el pronóstico, la mayoría de los pacientes si quieren saber tanto como puedan acerca de su caso. En consecuencia, los médicos responden más a los pacientes que expresan claramente esta necesidad.
Si usted está viendo a un médico como acompañante de un niño mayor de 10 años de edad, o de un padre o madre de edad madura, piénselo muy bien antes de pedirle al médico no decirle el diagnóstico o pronóstico al paciente. Primero, lo que usted está solicitando es que el médico lo acompañe en una conspiración de silencio que podría interferir inevitablemente con la relación médico-paciente. Segundo, es muy raro que un paciente, ya sea joven o adulto, no se dé cuenta de que algo serio está sucediendo cuando él o ella tiene que quedarse solo(a) en un cuarto por varios minutos bajo una enorme máquina de rayos-x o cobalto. Permita tomar la decisión de decirle o no al paciente.
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